Nel 1860 il responsabile della biblioteca colombiana, José María Fernández y Velasco, scoprì la copia appartenuta a Colombo, della “Historia Rerum ubique gestarum” di Enea Silvio Picolomini -Papa Pio II- con abbondanti note marginali attribuite all'Ammiraglio.
Sul risguardo finale o su un foglio o libretto, che potrebbe essere stato aggiunto al volume prima della rilegatura, c'è il testo latino della lettera di Toscanelli a Fernando Martíns, ma non le due lettere che sarebbero state inviate a Colombo. Il carteggio con Toscanelli ha posto alla critica due problemi: la questione della sua autenticità e la questione se si tratta della vera firma di Colombo.
Qual è il vero dilemma nell'ammettere la sua autenticità? Come per altre circostanze della vita di Colombo, sarebbe la questione della sua origine genovese. Se si ammettesse l'autenticità delle lettere e della corrispondenza, l'origine genovese sarebbe probabilmente non impugnabile?
Pertanto, la possibilità di un'origine genovese di Colombo è sempre in discussione, gli storici lo sanno, ma molti seguono la teoria tradizionale per non dover svolgere un laborioso studio sull'origine di Colombo, cosa che molti ricercatori trovano difficile.
D'altra parte abbiamo la questione della eventuale falsificazione, la questione qui è molto semplice: quale sarebbe il motivo di Colombo per falsificare la lettera? Per rendere credibile il suo progetto davanti ai Re Cattolici. Non c'è dubbio che presentare il suo piano con l'avallo del fiorentino Toscanelli, rinomato matematico, astronomo e cosmografo, avrebbe dato al progetto di Colombo un serio appoggio.
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Quando si tratta di Colombo ogni cosa va presa con beneficio d’inventario, anche se ha l’avallo di nomi famosi. Perché una verità ha sempre un suo contrario. E per la verità le lettere di Toscanelli, come “Il libro delle profezie”, di cui nessuno parla, restituiscono un personaggio decisamente lontano dalla caricatura imposta dalla tradizione. Come farebbe, difatti, un umile marinaio a scriversi familiarmente con una delle menti più prestigiose del tempo come il Toscanelli? Che vive nella Firenze di Lorenzo il Magnifico, il consuocero di Innocenzo VIII, il papa che da oltre 32 anni indichiamo come il vero, fino all’altro ieri ignorato “sponsor” dell’operazione America? Tanto più che già abbiamo mostrato un inedito ritratto di Colombo, fatto da un incisore fiorentino vicino al Magnifico. Medaglioni che si facevano solo come omaggio a persone di assoluto rilievo. Rivela un soggiorno fiorentino di Colombo? A questo punto la familiarità con Toscanelli sarebbe naturale con l’avallo del consuocero di Innocenzo VIII, Lorenzo il Magnifico. Nelle foto Toscanelli e la sua presunta carta.
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Di Guillermo García de la Riega Bellver
En 1860 el bibliotecario de la biblioteca colombina, José María Fernández y Velasco,descubrió el ejemplar que perteneció a Colón, de la Historia Rerum ubique gestarum de Eneas Silvio Picolomini -papa Pío II- con abundantes notas marginales atribuidas al Almirante.
En las hojas de guarda del final o en una hoja o un cuadernillo que quizá se agregaría al volumen antes de encuadernar, consta el texto latín de la carta de Toscanelli a Fernando Martíns, pero no las dos cartas enviadas por el mismo a Colón. El mencionado bibliotecario al parecer no aprecio la importancia del texto, que fue dado a conocer por Henry Harris se en 1871, que ha sido muy reproducido posteriormente.
La correspondencia de Toscanelli ha presentado dos vertientes a la crítica: la cuestión de su autenticidad y el problema de que sea autógrafa de Colón la copia incluida en el ejemplar de la Historia Rerum.
En el tema de la autenticidad, Se admite hoy generalmente que la posee la carta de Toscanelli al canónigo Fernando Martins, pero se rechaza la de las dos cartas del Florentino a Colón, Considerándolas una superchería.
Durante mucho tiempo se ha admitido la autenticidad de las tres: la primera, de Toscanelli a Colón, de la dirigida al canónigo portugués, y la segunda, del mismo al futuro descubridor, en respuesta a otra supuesta de éste pidiéndole más explicaciones. En realidad, admitiendo la veracidad de toda la correspondencia, habrían existido seis cartas: la de Fernando Martins a Toscanelli, solicitándole el nombre del rey Alfonso V de Portugal un informe sobre la ruta occidental a las Indias; la respuesta de Toscanelli, una carta de Colón iniciando la relación con el sabio Florentino; su respuesta, que incluye la carta anterior; otra de Colón en ruego pidiéndole más informes y la nueva contestación.
La autenticidad de las tres cartas conservadas, no se puso en duda durante mucho tiempo, aunque sí se salvaron las diferencias entre las tres versiones, sobre todo una vez descubierto el texto latino considerado original, aunque no faltaron advertencias sobre su pobreza, juzgándose que en el había alteraciones que no representaba con total exactitud su forma primitiva. Pero en general, los principales Colombistas del siglo XIX aceptaron la autenticidad de toda la correspondencia, a pesar de admitir algunos tales modificaciones: así Bossi, Navarrete, Humboldt, Irving, Rosselló, Harrise, Peschel, Uzielli, De Lollis..etc- en sus estudios de los escritos de Colón, y sobre Toscanelli en la Raccolta Colombina-, Asensio, Thacher, Ruge, Peregallo. Pero Henry Vignaud negó la autenticidad de todas las cartas, lo que provocó una fuerte polémica.
El otro problema, es el del carácter autógrafo de la copia latina incluida en la Historia Rerum, el cual está en relación con otro difícil problema, es de los verdaderos autógrafos de Colon. En este caso hay disparidad de criterio entre unos autores y otros, por ejemplo, Harrise, el descubridor científico de la carta, al principio la creyó auténtica para posteriormente negarlo, la creen auténtica: Lollis, Asensios, Molinari, Thacher y muchos otros, la cree falsa Vignaud que fue el que más polémica creo, incluso hay autores que creen que la carta esta escrita por Bartolomé. ¿Cuál es el verdadero problema de admitir su autenticidad? Pues, como ocurre con otras circunstancias de la vida de Colón, sería su origen genovés. Si se admitiera la autenticidad de las cartas y la correspondencia, el origen genovés estaría más en entredicho, si cabe, de lo que esta.
¿Por qué? La respuesta es muy sencilla, el origen genovés no podría explicar que Colón estuviera en Portugal en 1474, para la cuadratura genovesa la llegada de Colón a Portugal solo se pudo producir en 1476. Pero es que, además hay otra circunstancia que dificulta la creencia de que Colón naciera en Génova o en cualquier otra ciudad de las republicas que existían entonces en la península itálica, y no es otra, que en la carta del florentino a Colón le denomina portugués.
Por lo tanto, entraña mucha dificultad la posibilidad de un origen genovés de Colón, esto los historiadores lo saben y muchos siguen la teoría tradicional para no tener que hacer un laborioso estudio del origen de Colón, algo que, a muchos historiadores e investigadores les trae sin cuidado.
Por otra parte, tenemos el tema de la falsificación, la pregunta aquí es muy sencilla ¿Cuál sería el motivo de Colón para falsificar la carta? La respuesta sería obvia, y es la de hacer creíble su proyecto ante los Reyes Católicos, no cabe duda que presentar un proyecto con el aval del florentino, Toscanelli, reconocido matemático, astrónomo y cosmógrafo, le daría al proyecto de Colón un tono de seriedad. Pero no hay constancia de que la hubiera utilizado ante los reyes ni ante la junta de evaluación del proyecto, además, tenemos la palabra escrita de Hernando, su hijo, y la de Bartolomé de las Casas, que en los dos libros escritos por ellos, biografía de Colón, hablan de las cartas como verdaderas y relatan la correspondencia de ambos, es más, Bartolomé de las Casas escribe “respondiéndole una carta en latín…la cual yo vide y tuve en mis manos...”.
Por tanto, bajo mi punto de vista decir por algunos historiadores e investigadores que las cartas entre Colón y Toscanelli son falsas, es lo mismo que decir, que tanto Hernando Colón como Bartolomé de las Casas mienten sobre su autoría, y esto suena un poco raro, que tres personas se pongan de acuerdo en mentir para no saber el fin de dicha mentira.