Cuando se determine que los restos del Almirante Cristóbal Colón se encuentran en el Faro a Colón, en Santo Domingo, la República Dominicana podría obtener ingresos que podrían superar los 15.000.000 de Euros por el interés de observar las cenizas del hombre de Mar, a 524 años del Descubrimiento de América. Lo mismo aconteció en España con la exposición itinerante de los objetos históricos del Crucero Titanic, hallados en las profundidades del los océanos.
El Ministerio de Cultura y la Academia de Ciencia Dominicana tienen la responsabilidad de dar el primer paso para investigar el paradero de los restos del Gran Almirante, con las experticias correspondientes a través del ADN en Sevilla, España, y en Santo Domingo, República Dominicana. La sociedad espera la iniciativa del Presidente Danilo Medina y del titular de Cultura, Pedro Vergés Cimán, encaminadas a las tareas investigativas sobre el marino histórico, por la monumental importancia que tiene para la riqueza cultural y el turismo dominicano.
En correspondencia, se espera también iniciativas del Gobernador del Faro a Colón, Mario Bonnetti, y del Viceministro de Cultura, Bonaparte Grauterox Piñeiro, este último por el interés mostrado respecto de los huesos del insigne marino. La señora M. García O, plantea que el Gobierno podría encontrar financiamiento a través de entidades públicas y/o privadas para emprender el proyecto científico de realizar el análisis del cromosoma “Y” a los restos de Colón y/o de sus familiares, para cotejarlos luego con los realizados en Sevilla, España, puesto que el resultado sería el mismo, ya que los restos tanto de España como de la República Dominicana son de miembros de la familia Colón, y por ese motivo tendrían todos el mismo cromosoma “Y”.
La señora M. García O. explica que si existiere voluntad política y el gobierno de la República Dominicana diese su autorización, sería posible hacer los estudios de ADN a los restos de Colón porque tiene el convencimiento de que existen científicos que estarían dispuestos a practicarlo de forma honorífica, e incluso si esto no llegara a producirse sería muy probable que se encontrase la manera de financiarlo sin que el gobierno dominicano tuviera que soportar el coste de la realización del análisis del cromosoma “Y”. No hay motivos para no intentar realizar un análisis genético a los restos que descansan en el Museo Faro a Colón, puesto que existen tres documentos sobre el exámenes anteriores, con fechas de 1877, de 1945 y de 1959 que coinciden en numerar características físicas que indican una enfermedad reumática como la que padecía el antiguo marino y que no padecía ningún otro miembro de la familia de los enterrados en Santo Domingo, lo cual ya indica por descarte que los restos examinados en la República Dominicana son de Cristóbal Colón.
Es preciso tener en cuenta que el tiempo corre en contra porque las condiciones medioambientales de humedad y salinidad están degradando el ADN de los huesos en el Museo Faro a Colón, y que puede que en un futuro ya no puedan hacerse los análisis por estar el ADN corrompido.
Esto sería una verdadera pérdida para la República Dominicana porque los restos podrían incluso llegar a ser declarados Patrimonio de la Humanidad si las investigaciones determinasen de una manera científica que pertenecen a Cristóbal Colón. Por su mostrado interés social, el geólogo Osiris De León, miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, pudiera impulsar el desarrollo de las tareas investigativas sobre los esqueletos de Colón.
Los científicos españoles aseguran que los huesos del universal navegante se encuentran en Sevilla desde 1899 después de un periplo por conflictos históricos, llegando a ser depositados en la Catedral de Valladolid, en el Monasterio de la Cartuja de Sevilla, luego en la República Dominicana, y más tarde en la Habana, Cuba.
Pero el historiador dominicano Carlos Dobal sostiene la hipótesis de que una parte de los restos de Colón están aquí, en la República Dominicana, y otra en España, en la Catedral de Sevilla. Según los últimos estudios de ADN mitocondrial realizados en la Universidad de Granada en 2006, donde se contrastaron los restos de Colón con los de su hermano mayor Diego, los huesos que se encuentran en Sevilla son auténticos.
Pero un equipo de investigación, dirigido por el doctor José Antonio Lorente, médico forense y director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, ha estado tratando de establecer de manera definitiva el lugar de nacimiento de Cristóbal Colón y el sitio donde se encuentran depositados sus huesos.
La idea del grupo se centra en contrastar el ADN mitocondrial, procedente de la madre, de los restos de Diego Colón, hermano del Descubridor, custodiados en la Cartuja de Sevilla, con los que se cree corresponden a Cristóbal Colón que están en la Catedral de Sevilla. Si ese colectivo de investigación de la Universidad de Granada consigue cotejarlos en un 100%, quedaría probado que los esqueletos corresponden a dos hermanos maternos, lo que demostraría que los restos de Cristóbal Colón están en la Catedral de Sevilla y no en el Monumento a Colón en Santo Domingo.
Las noticias recientes dan cuenta de que, después de más de dos años de estudios genéticos y antropológicos, los investigadores de la Universidad de Granada lograron comprobar, en base a resultados de prueba de ADN, que los restos que se encuentran en Sevilla son los de Cristóbal Colón.
Y que dichas osamentas no llegan a constituir el 15% de la totalidad del esqueleto del Descubridor de América. Sánchez Barba afirma que apenas son 150 gramos de huesos lo que queda de esa venerable reliquia.
Los restos del descubridor de América Cristóbal Colón deberían reposar en el lugar que siempre deseó el marino histórico, la isla de Santo Domingo, República Dominicana, por un consenso de la comunidades de Europa y América, y por que fue en esta media isla donde el Gran Almirante tocó tierra, planto su Fuerte de la Navidad y dio inicio a la colonización del llamado Nuevo Mundo.
Nelle foto da sinistra Il faro di Colon, la statua del navigatore e l’alcazar di santo Domingo.